sábado, 31 de julio de 2010

El Trío Chopin se presentó en el Segundo Festival Sinfónico Ocotlán

El Trío Chopin se presentó en el Segundo Festival Sinfónico Ocotlán

“Deberá instituírse el Festival Internacional Silvestre Revueltas y el punto de partida más adecuado es este festival.” Leonardo del Castillo

Por Nati Rigonni

Tlaxcala, Tlax. 28 de julio. El Trío Chopin, ensamble en residencia de la Universidad Veracruzana, ofreció un par de impecables y emotivos conciertos dentro del marco del Festival Sinfónico Ocotlán 2010, interpretando música de Revueltas y M. Ponce.

El trío está conformado por la violinista Agnieszka Maklakiewicz, la violonchelista Anna Maklakiewicz –originarias de Polonia– y el pianista mexicano Leonardo del Castillo. Su amplio repertorio abarca del periodo barroco hasta nuestros días.

Desde 1985 –año de su fundación- ha realizado numerosas giras, y con motivo del Bicentenario de la Independencia de México y el centenario de la Revolución Mexicana, realizó una gira por Europa, donde ofreció 30 conciertos con el propósito de difundir la música y la cultura mexicana, así como participar en las celebraciones que se realizaron en Polonia por los doscientos años de nacimiento de Frédérik Chopin, compositor que presta su nombre al ensamble.

Con motivo del homenaje que se le rinde al prolífico compositor mexicano Silvestre Revueltas, el Trío Chopin se presentó el lunes 26 y el martes 27 de julio, en el Museo Regional de Tlaxcala y en la Básilica de Ocotlán, respectivamente. El hilo conductor del discurso musical de estos conciertos fue la música mexicana.

El primer concierto contó con la presencia de la Dra. Eugenia Revueltas, quien complacida y emocionada agradeció que se siguiera recordando, interpretando y estudiando “la música de mi padre y la de otros grandes compositores mexicanos”.

La gala musical se dividió en dos momentos, el primero se denominó “El legado musical de Manuel M. Ponce”, durante el cual los músicos interpretaron

Scherzo, 3er. Movimiento del Trío “Romántico”; Tres Preludios para violonchelo y piano; Sonata para violín y violonchelo; Estrellita, para violín y piano, con un arreglo de Jascha Heifetz; y Dos Piezas para trío: Intermezzo y Scherzino mexicano.

La segunda parte se tituló “Vanguardia y tradición: Juntos pero no revueltos” y estuvo dedicada a la música del compositor homenajeado. Tanto los músicos como el público asistente estaban ya sensibilizados por la amena explicación que, previamente, la Dra. Eugenia Revueltas había dado sobre la vida y obra de su padre, y sobre el contexto histórico durante el cual compuso la mayoría de sus obras, hasta poco antes de su muerte.

Los conciertos se desarrollaron bajo la amena conducción del Mtro. Leonardo del Castillo, quien contextualizó cada una de las obras a interpretar, el trío deleitó a los asistentes con la música de Silvestre Revueltas: Tres piezas para chelo y piano; Madrigal y Canción, para violín y violonchelo; y Dos piezas para violín y piano (El Afilador y Tierra pa’ las macetas).

En entrevista, Leonardo del Castillo dijo que “Debería instituirse un Festival Internacional que lleve por nombre Silvestre Revueltas, y el punto de partida es este festival. Un homenaje nacional que empiece aquí, en Tlaxcala, y al que posteriormente se vayan sumando otros estados. Silvestre Revueltas es el más importante compositor mexicano reconocido a nivel internacional, todavía más reconocido en el extranjero que en nuestro país.”

Los músicos interpretaron también a otros compositores mexicanos, entre ellos Mario Ruiz Armengol, Armando Lavalle y José Sabre Marroquín. Finalizaron con la Suite mexicana, de Ryszard Siwy; broma musical conformada por diversos ritmos y piezas populares de México. El público aplaudió de pie, una y otra vez, la impecable ejecución instrumental, pero sobre todo la entrega de los músicos y su capacidad para transmitir emociones.

En entrevista, Agnieszka Maklakiewicz, habló de estos dos conciertos, dijo que cada presentación les ofrece sus propios retos y les da la posibilidad de elegir e interpretar acorde al espacio, sin embargo enfatizó que “Lo más emotivo, lo más importante fue la presencia de la hija del compositor festejado, además ¡preciosa, la señora!, con toda la explicación que dio [previa al concierto, en la inauguración], tan interesante, tan especial, tan inolvidable que influyó en cada uno de los oyentes, pero principalmente hizo que nosotros tuviéramos una concentración diferente.”

“Nosotros estamos conscientes –continuo Agnieszka- que probablemente sea la única vez que toquemos obras de su padre con su presencia. No digo que hagamos a un lado al resto del público, porque la respuesta del público influye siempre, pero mucha de nuestra atención fue para ella.”

Con respecto al concierto que ofrecieron en la Basílica de Ocotlán, la violinista comentó que debido a que el contexto es diferente, hay otro tipo de impacto en el artista, en este caso la belleza del espacio arquitectónico les movió a otra disposición. “Igual de importante –dijo-, igual de inolvidable.”

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